El sangrado es uno de los principales síntomas de que en nuestras encías se está produciendo una acumulación de placa bacteriana. Esta puede derivar en la inflamación de las mismas, lo que se conoce como gingivitis y, en los casos más graves, puede derivar en la caída de piezas dentales.
Cuando se acumula placa en la línea de las encías y estas se inflaman es cuando hablamos de gingivitis. Esta placa, al no ser eliminada correctamente durante la rutina de higiene bucodental, produce toxinas que irritan el tejido gingival. En general, nos percatamos de la presencia de esta afección cuando nos cepillamos los dientes y las encías sangran ante la acción. Aunque en un principio no tendría por qué producir molestias, si no se trata a tiempo podría resultar dolorosa, afectar al hueso y al tejido conectivo que sostiene los dientes o derivar en periodontitis.
La periodontitis se caracteriza por sufrir daños en el hueso y fibras que sostienen los dientes: se forma una bolsa debajo del borde de las encías, donde quedan atrapados los alimentos y la placa. Esta lesión del tejido puede hacer que los dientes se desplacen, aflojen o que la mordida cambie.
Síntomas de gingivitis
Además del sangrado de encías hay otras señales que nos pueden estar indicando la presencia de gingivitis en nuestra boca como son las encías rojas, hinchadas e incluso retraídas o el mal aliento.
Factores de riesgo
Aunque buena parte de la población padecerá inflamación de encías en algún momento de sus vidas, hay determinados hábitos o factores que nos hacen más propensos a sufrirla. Entre ellos, se podrían citar:
- Alimentación incorrecta o insuficiente. Una alimentación que no aporte los nutrientes y vitaminas necesarios, especialmente las vitaminas K, C o B3, podría favorecer la aparición de gingivitis.
- Piezas dentales, ya que la posición de los dientes, empastes mal ajustados o prótesis mal colocadas también puede afectar.
- Malos hábitos como fumar o beber alcohol.
- Edad. Cuanto mayor sea la persona, más probabilidad habrá.
- Patologías, encabezadas por la diabetes, o cambios hormonales.
¿Cómo evitamos que la enfermedad avance?
El primer paso que debemos tomar es visitar a nuestro dentista, ya que él nos indicará qué debemos hacer en función del avance de la patología. Así es que, en estadios leves, se pueden sanar las encías con la adquisición de una rutina buena de higiene bucodental. Por otro lado, tu odontólogo realizará una limpieza para eliminar la acumulación de placa, que se haya podido convertir en sarro o, en última instancia, alisará las raíces para que la placa no se deposite en sus irregularidades.