La Semana Santa puede ser un campo de minas para la salud bucodental de niños y niñas. Huevos de chocolate, roscas o rosquillas, torrijas, monas de Pascua e infinidad de detalles dulces con los que les demostramos nuestro cariño. Y, aunque los adultos también caemos en la tentación de estos dulces, están pensados para agasajar a los más pequeños de la casa. El conocimiento es el método de prevención más eficaz y, en este post, te explicamos cómo el azúcar afecta a los dientes de nuestros hijos y cómo prevenirlo.
Los productos azucarados, especialmente aquellos que son refinados, afectan a la salud de los dientes, provocando caries, entre otras afecciones. En nuestra cavidad oral habitan bacterias que, dadas unas determinadas condiciones, como una deficiente higiene dental o una mala alimentación, se adhieren a nuestros dientes formando la placa bacteriana. Esta película, en contacto con el azúcar, produce ácido que disuelve el esmalte de los dientes.
Por otro lado, aunque debemos tener en cuenta que no conviene abusar de ningún dulce o chuchería, el tiempo de exposición o la tipología determinarán la predisposición a padecer caries. Así pues, los dulces duros son peligrosos, no solo porque pueden fracturar los frágiles dientes, sino que su consumo es lento y, por tanto, la exposición a sus azúcares es prolongada. Asimismo, los que son más blandos se quedan fácilmente pegados y, si no los limpiamos a continuación, el contacto de las bacterias con el azúcar aumenta.
En términos generales, podemos diferenciar cuatro tipos de caries en edades infantiles. En primer lugar, la asociada a hábitos de alimentación, que suele afectar, en mayor medida, a la parte externa de los incisivos superiores; caries en fosas y fisuras, debido al estancamiento de comida en molares; la interdental, que aparece a partir de los cuatro años y que ocurre entre dientes, asociado a una limpieza deficiente; y, por último, la caries por hipoplasias del esmalte, en la que los defectos en el esmalte favorecen la entrada de bacterias y aumentan el riesgo de padecer esta patología.
Si hablamos de bebés, debemos evitar el contacto prolongado de dientes con biberones y también endulzar los chupetes con líquidos azucarados como puede ser la miel. De este modo, evitaremos la caries de biberón. Esta patología afecta tanto a bebés lactantes como a los que son alimentados con biberón y, aunque menos común, también puede aparecer en niños de hasta 4 o 5 años. Se produce por la exposición frecuente de las piezas dentales a líquidos con azúcar como la leche materna o de fórmula, zumos u otros. En el proceso, los azúcares se fijan a los dientes y encías, provocando un proceso destructivo a manos de bacterias.
Algunos consejos para evitar la aparición de caries en niños y niñas
- Limpieza. Debemos asegurarnos de que se cepillan los dientes después de cada comida con pasta de dientes que contenga flúor. Además, se recomienda cambiar el instrumental de limpieza cada tres meses para evitar que se acumulen bacterias en él.
- Vigila el proceso. Si ya tiene edad suficiente para cepillarse los dientes solo, asegúrate de que lo hace correctamente. Por otro lado, en los menores de tres años debemos limpiar las encías y lengua con una gasa o con un cepillo de cerdas suaves húmedo y sin pasta.
- Visita a tu dentista. Una revisión cada seis meses ayudará a detectar y prevenir problemas bucodentales.
- Alimentación. La alimentación, junto con una correcta higiene y las visitas regulares al dentista, es un pilar básico para gozar de una buena salud bucodental. Se debe mantener una dieta sana, equilibrada y evitando los alimentos con azúcares o bebidas azucaradas.
Ahora que ya conoces algunos consejos para que tus niños tengan unos dientes y encías con una salud perfecta, ya estás preparado para que reciban esos huevos de chocolate y roscas sin preocupaciones.